Pero a Kristina, la Reina de la Argentina, la que por obra y gracia de La Caja no permite que nada se haga sin su consentimiento, le lengüetea bien el orificio anal:
Obsecuente, repugnante arrastrado. Ya hace un tiempo atrás mintió que se había exiliado, cuando es público y notorio que tocó y grabó durante la dictadura
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